LUIS ERNESTO GÓMEZ

(Maracay, Venezuela, 1977)

LA MÚSICA Y LAS ARTES EN LA EDUCACIÓN BÁSICA DE VENEZUELA: Apuntes para un debate necesario
Estudio realizado para la Comisión de Educación, Cultura y Deportes de la Asamblea Nacional de Venezuela, 2007

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Foto: Daniel Trujillo www.musica.coord.usb.ve

Entrevista a Diana Arismendi
Compositora y Coordinadora del Departamento de Ciencias Sociales de la Universidad Simón Bolívar
Caracas, 29 de Marzo de 2007
Entrevistador: Luis Ernesto Gómez

“Así como en la educación se imparten todas las destrezas básicas de matemática y lenguaje y se ha tenido claro que en el pensum de estudios la educación física y el deporte desarrollan también condiciones necesarias en el niño, la música y cualquier expresión artística debe ser parte de la formación integral”


L.E.G.- Buenos días. Estamos con la Prof. Diana Arismendi, Compositora y Coordinadora de la Maestría en Música de la Universidad Simón Bolívar. Nos interesa especialment su opinión sobre cómo podemos incluir la música en la educación general del venezolano. Quisiéramos tomar algunos aportes de su persona para este proyecto.

D.A.- Desde luego, que yo estoy convencida de la necesidad y sobre todo del valor de la enseñanza de la música en la escuela básica, por lo que contribuye al desarrollo intelectual y emocional del niño. Así como se dan todas las destrezas básicas de matemática y lengua en la escuela básica y se ha tenido claro que en el pensum de estudios la educación física y el deporte desarrollan también condiciones necesarias en el niño, la música y cualquier expresión artística debe ser parte de la formación integral.
Uno como padre sabe lo importante que son los años de formación musical en los niños Los criterios de abstracción, por ejemplo, que son capaces de desarrollar las matemáticas, más allá de las habilidades de la suma, la resta, la multiplicación, la división, el pensamiento matemático implica el aprendizaje de la abstracción y de lógica, cuando uno aprende a resolver problemas básicos de matemática, independientemente que el niño vaya a ser matemático, científico o de alguna área a fin, hay unas capacidades de abstracción y de lógica que son importantísimas en la matemática. Así como es importante el lenguaje independientemente que el niño vaya a ser escritor o analista, o gente que trabaja con lenguaje como los psicólogos, los semiólogos, es evidente hay un proceso de enseñanza de la expresión que es indispensable en cualquier desempeño profesional y emocional que tenga una persona. De la misma forma también estoy convencida que es necesario el deporte, para el desarrollo físico, integral, cada día más nos convencemos más de que necesitamos un entrenamiento físico para vivir los años que estamos viviendo. Antes la gente se moría a los cincuenta, y el cuerpo más o menos duraba en buenas condiciones así, pero ahora cualquier persona vive hasta los ochenta. Todos los médicos lo dicen, la única forma de mantenerse en buenas condiciones es cuidando un estado de salud y flexibilidad en el cuerpo y en la mente. También quería mencionar el caso de las religiones, que para nosotros que somos practicantes religiosos, hay una cantidad de valores que se inculcan en el niño a través de la fe religiosa y su enseñanza, que independientemente que el niño vaya a ser de la misma religión que uno practique o cambie o decida en algún momento de su vida por el ateísmo, son inculcados unos valores que de otra forma no se afianzan con la misma solidez.
En ese camino, qué es lo que aporta la música y las artes en general, pero en la música específicamente, capacidad de abstracción como la matemática, los que somos músicos sabemos, y los que somos compositores sabemos que la abstracción que se necesita en ciertas áreas de la música son semejantes a las de las matemáticas; un desarrollo expresivo al igual que el lenguaje. La música, como todo el mundo lo dice, es una forma de expresión. Todos tenemos la experiencia de conocer a alguien que es médico o ingeniero o pelotero, y que toca cuatro o guitarra, y eso produce una gran felicidad, es su manera de relajarse o que incluso han hecho un público entre quienes le rodean, tienen una forma distinta de ver el entretenimiento y los períodos de relajación. No necesariamente al darle las nociones básicas de música a los niños estamos creando músicos profesionales. Estamos creando público, estamos creando gente con una sensibilidad. Así como es importante estimular el desarrollo de la lectura en los niños, también es importante estimular el conocimiento de la música, cuando uno conoce estos lenguajes, el de la música, el de las artes plásticas, el de la danza, el del teatro, y además pierde el miedo a eso, uno le está dando un elemento más para ser una persona completa, cualquiera sea la profesión que desarrollará en un futuro. Estoy convencida de que debe incluirse el estudio de la música para todos; haciendo las diferentes del conservatorio, que es una escuela pre-profesional, yo las definiría como escuelas vocacionales, porque cuando uno lleva un niño de 5, 8 o 12 años, uno no lo está llevando al niño a profesionalizarse, sino porque hay una vocación o interés por la música, las escuelas profesionales, ya sabemos, son a otros niveles, los últimos niveles del conservatorio, la universidad, el conservatorio superior, sea cual sea la figura, esa es la escuela vocacional. Pero esa escuela vocacional tiene la capacidad de amparar muy pocos niños y además sabemos que la realidad es que la familia venezolana trabaja y es poca la asistencia que pueden dar las madres, como lo hacían las generaciones anteriores, de llevar a los niños a estas actividades, no solo por lo que cuesta sino por el desplazamiento que eso significa. Debe ser la escuela básica la que se encargue de proporcionarle esas herramientas de la música y el hacer artístico al niño, de la misma forma que le da la matemática, la lengua y el deporte.


L.E.G.- Cree usted que es necesario un esfuerzo nacional para incluir la música y el arte en la formación general del venezolano?


D.A.- Por supuesto. Hay una experiencia previa donde yo colaboré hace muchos años al final de los años 80, casi dando a los 90, liderizada por el maestro Abreu, que llevo hasta el Ministerio de Educación, la idea de un Bachillerato musical, que era un poco sobre modelos de otros países que tienen la experiencia. Así como existían los Bachilleratos técnicos, donde el muchacho terminaba en los dos últimos años, a lo mejor le daban menos biología o menos física, pero aprendían electricidad o plomería o ese tipo de escuela, para formar un muchacho que necesitaba salir a trabajar ya a los 18 años y que probablemente no iba a tener más oportunidades de estudio. Basado en ese prospecto, se pensaba sustituir unas materias del ciclo diversificado por música, ya pensando en la gente que iba a ir a la Escuela de música. Porque el que va estudiar biología en la Universidad estudia cinco años de biología en el bachillerato, pero el que va estudiar música lo hizo en otra escuela. Hay proyectos como ese, que podrían revisarse, como precedente y buscar el trabajo que se hizo. No sé las razones específicas porque eso no se concretó. Habían varios liceos que estaban dispuestos a ser proyectos pilotos, la que estaba en Chuao que pertenecía al entonces CONAC, que era una escuela de arte experimental y una escuela de Fe y Alegría en el Barrio de La Vega y La Católica donde hay un núcleo de la orquesta juvenil. Estaban dispuestos a servir como liceos pilotos para eso.

L.E.G.- Respecto a la música popular y la música académica o música de arte, cree usted que habría que privilegiar alguna sobre otra?

D.A.- Yo creo que lo interesante sería incluir las dos. Claro, sería lo que nos pondría en el tapete de lo que es la actualidad de la enseñanza musical. En Venezuela existe la tendencia de la academia rígida centro-europea, que se centra en la práctica musical a través de la lectura, y toda una realidad de la música popular en Venezuela de la gente que aprende a tocar el instrumento tocando. En Brasil pasó hace muchos años, que había una gran escuela de composición musical de música académica, sobre todo en la creación, que es lo que está pasando actualmente en Venezuela en este momento que hay un nivel de ejecución realmente extraordinario, y qué es lo que hace que la música brasileña tenga el nivel que tiene? Que ha habido una conjunción entre la música popular y la música académica. Qué es lo ha pasado en los últimos quince años en Venezuela? Por ejemplo, la aparición de grupo El Cuarteto, de música venezolana con un alto nivel interpretativo y académico pero basada eminentemente en lo popular. Ya esa división es cada menor. Instituciones como el Instituto Universitario de Estudios Musicales tienen en su recinto gente que estudia jazz, improvisación, música venezolana, etc. Es fundamental que se de al estudiante general ambas cosas, tanto la música popular como la música académica. Y no decir que los que quieren estudiar cuatro toquen cuatro, y los que quieren tocar violín toquen violín solamente, no, que los quieren estudiar violín aprendan también a tocar cuatro, que aprendan de la intuición de la música popular y que el que quiere tocar cuatro tenga las herramientas de la música académica o música de arte.

L.E.G.- Qué antecedentes en otros países a lo largo del siglo XX de esfuerzos nacionales de incluir la música en la educación conoce usted?

D.A.- Yo viví en Francia, conozco bastante el sistema francés y para mí, el más destacado es el sistema inglés. En el sistema educativo inglés los niños de primaria tocan un instrumento, así no vayan a ser músicos al final. No se si es obligatorio, pero siempre tienen acceso a la música; las escuelas básicas en Inglaterra le dan música a los niños. Una vez yo vi un reportaje de la Orquesta de taxistas de Londres, una orquesta sinfónica que ensaya una vez a la semana, y toca cada dos meses, y está conformada por gente que estudio cuando eran niños y que eran destacados y son taxistas. Y ese taxista es el público de la ópera, del teatro. Este es un ejemplo bien claro de que no estamos hablando de cultura y arte para las élites, para un grupo minoritario, estamos hablando de una formación integral que incluya la música, la plástica, que va a constituir un ser mucho más completo, que va a tener una visión con más herramientas para apreciar, no sólo la música, sino cualquier noción del arte, cuando a la gente le gusta la música termina interesándose por la pintura, por el teatro, y cuando la gente viene al teatro, le pica la curiosidad por la artes plásticas.

L.E.G.- ¿Seremos mejores venezolanos implantado la música y las demás artes en el sistema de educación?

D.A.- Yo creo que sí. Pensemos en el poder redentor de la música y las demás artes, de las experiencias con arte en todas partes del mundo. Se que Brasil, hay otra experiencia, a través de un amigo brasileño que vive acá, que está copiando aquí unas experiencias que han hecho en teatro popular en Brasil y nos cuenta cómo han bajado los índices de delincuencia. Y está inspirando en el Sistema de Orquestas Juveniles e Infantiles, pero ellos lo han probado con teatro, porque tenían menos dinero. Y me ha comentado de la experiencia piloto que está convencido que la experiencia teatral hace mejores niños, bajan los índices de embarazos juveniles e infantiles, los niños tienen mayor valoración de sí mismos, se creen capaces de lograr metas y de transformar cosas.

L.E.G.- Entonces, eso incidiría en la autoestima del venezolano…

D.A.- Inmediatamente. La mejor prueba está en las Orquestas Juveniles e Infantiles.

L.E.G.- Cree usted que en algún momento de la educación básica es necesario incluir la lecto-escritura musical, la teoría y el solfeo? En qué momento?

D.A.- Sí, porque ese es otro idioma. Mientras más codificaciones sea capaz su cerebro de entender, mejor. Cuando tu le enseñas a un niño, inmediatamente se agarran al segundo, en cambio con el adulto es más difícil. A los niños se les hace natural la música, que es un idioma, un sistema de códigos, y entienden rápidamente que hay unos significados y unos significantes que producen un resultado musical. Claro que sí, la escritura y la lectura musical son muy importantes. Todo lo que pueda enseñársele a un niño en ese sentido, los va a hacer crecer.

L.E.G.- Dicen que la música es el lenguaje universal…

D.A.- Ojo, para un proyecto como éste, habría que hacer una preparación previa del personal docente. Ese es el gran problema de la educación musical en Venezuela. Mucha gente lo dice, el docente de música es el que más o menos canta bien. Y alguien me contaba que su hijo había llegado cantando desafinado porque la maestra era desafinada y le había enseñando unas canciones venezolanas desafinadas y el niño las aprendió así, un niño con un tremendo oído. Entonces, hay que tener mucho cuidado con quién será el docente que va a ir a enseñar esas nociones, los programas tienen que estar muy bien preparados, muy bien adaptados, sensatos y sensibles al desarrollo del niño, y tener un cuerpo de profesores muy bien preparados. Hay que hacer un programa nacional para coordinar esto, que es muy delicado. No se puede mandar a dar clase a cualquiera, porque son niños y aprenden muy rápidamente.

L.E.G.- Habría que diseñar un programa nacional y hacer unos talleres para entrenar los facilitadotes para que vayan con una noción coherente…

D.A.- Tiene que ser un profesor especializado. Tú no mandas a dar las clases de deporte y de entrenamiento a cualquier profesor. No quiere decir que el que tiene que dar clase tiene que ser necesariamente Licenciado en Música. A lo mejor tú tienes a un profesor especializado en fútbol o en béisbol, que es un experto en eso y no tiene necesariamente una Licenciatura, a lo mejor tiene un nivel Técnico, pero tiene que saber tratar con niños, tiene que tener aspectos de pedagogía muy claros y tiene que tener una formación sólida en el área.

L.E.G.- Muchas gracias por sus aportes. Espero podamos llevar adelante todo esto.


Diana Arismendi
Compositora y Coordinadora del Departamento de Ciencias Sociales de la Universidad Simón Bolívar. Fue Coordinadora de la Maestría en Música y ha trabajado durante 14 años como Profesora en la misma universidad y asimismo, colaboró en el Proyecto de creación de la Maestría en Música. Ha sido Profesora en el Sistema de Orquestas Juveniles e Infantiles de Venezuela. Fue Coordinadora de Programas académicos del Conservatorio Simón Bolívar. En cuanto a la formación, egresada del Ecole Normale Music de París, como Compositora y un diploma en Análisis Musical. Y Maestría en Música en Composición con Especialización en Música Latinoaméricana y un Doctorado en Música Especialidad en Composición, ambos en la Universidad Católica de Washington D.C.



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